LOS CHICOS DE LA ISLA DEL MAíZ

Esta foto se la dedicamos a Edu. Él ya sabrá por qué... :)
El resto del día poco quedaba por hacer, porque estábamos muy cansados y rapidamente nos fuimos a dormir.


A las 8 de la mañana nos hemos metido un buen desayuno y hemos salido a dar un paseo y conocer la ciudad de San José. Por suerte el hotel está muy cerca del centro y hemos llegado directamente andando.


Esta es una ciudad muy diferente a las que nos hemos encontrado en Nicaragua o en Honduras el año pasado. Es una ciudad mucho más moderna y algo cosmopolita.



Por primera vez hemos visto edificios de más de dos plantas y calles comerciales plagadas de tiendas. Ah, y también hamburgueserías y pizzerías que ya no hay en España.

Esta foto va dedicada a María y Susana (porque me he acordado de ellas cuando lo he visto):


Esta otra se la dedico a mi hermana y mi padre:


Hemos visto lugares preciosos como el Teatro Nacional. Como veis, un edificio muy europeo.



Lo mejor de todo, o lo que más les ha gustado a todos, es encontrar el mercado de artesanía.


Curiosamente había más variedad de productos y de más calidad que el que visitamos en Masaya. Por desgracia no me quedaban dólares y no he comprado nada.. :(

¿Qué impresiones me llevo de Costa Rica?
Pues en 24 horas la verdad que pocas, pero sí os puedo decir que San José es la ciudad más desarrollada que he visto en Centroamérica así como concienciada.


Lo que no logro entender es qué narices significan estas cenefas que Pablo Centeno ha visto y nos ha mostrado:



¡¡Son una alegoría a las drogas!!

Esto ha llegado a su final. Esas estanterías que veíais vacías en un principio, hoy ya están repletas de cintas. Bueno, he de decir que lo etaban, porque estos 3 tipos de aquí se las han recogido en una horita y ahora ya está todo en cajas.


Así transcurrió el último día. Pablo que vino a ayudarnos a recoger, se encargó de empaquetar junto con Sebi.


Mientras tanto yo remataba la contabilidad de la oficina y cerraba el inventario.



Así acaba nuestra aventura. Trabajando tal y como comenzó

Ahora que falta muy poco para irnos, comenzamos a recoger y limpiar nuestro paso por la Isla del Maiz, recuerdo como algunos compañeros ya se han ocupado desde el principio de esto.
Es el caso de Ale (os acordáis de Alex). Este año ha dejado de lado la bici y la piscina para recoger colillas en la playa.


Vaso en mano se recorre el Arenas Beach para que no quede ni una sola colilla y que la arena esté siempre blanca e inmaculada.

Hoy damos la despedida a nuestra amiga Ares. Hemos coincidido unos cuantos en la playa para aprovechar este día soleado y despedirnos allí de ella.


Hemos de agradecer a Candela (compañera en la aventura en Honduras '09) la paciencia que ha tenido para hacernos esta fotografía con 6 cámaras.
La verdad es que me da mucha penilla, así que no comentaré mucho más :(

Como ya os conté hace tiempo, no todos los chicos de la isla del maíz viven su día a día en Corn Island. Algunos de ellos lo hacen por unos días en unos cayos cercanos llamados Cayos Perla.
Ayer tuve oportunidad de visitarlos y convivir con ellos todo un día y una noche.
Para llegar allí utilizamos la vía más rápida, el helicóptero. Mi primer viaje en helicóptero y lo hice junto a una metralleta y unos bidones de gasolina. ¡Menudo colocón!
No he sabido mejor forma que ésta para que sintáis la emoción del momento:



Y así llegamos a Cayo Vicente. El lugar donde aterrizamos. Una lengua de arena con 3 palmeras y lo que parecen ser los restos de una vieja ancla, o algo así.


Mi siguiente parada, Cayo Limón. Lugar donde viven nuestros compañeros y donde pasé la noche con ellos.



Una noche tormentosa que destacó por la visita inesperada de 2 amigos a los que no habíamos invitado. El primero un rayo que cayó a escasos metros de nosotros.
El segundo, una rata que se coló por un agujero en la mosquitera de la habitación. Mamá, si la ves te da algo!
Menudo susto se llevó Natasha pensando que estaba hablando en sueños cuando dije "¡ha entrado una rata por la ventana!". Por cierto, ella tiene unas fotos muy buenas de la tormenta. A ver si las consigo.


Poco más os puedo contar de esta visita. Sólo decir que ha sid
o un placer compartir un par de días con mis compañeros en este maravilloso emplazamiento.

Sí, ya sé que esta entrada la tenía que haber escrito hace 3 meses. Pero qué queréis que os diga, aquí he venido a trabajar y no me ha dado tiempo a dibujar esta chorrada hasta ayer.
Estos son los lugares que más hemos frecuentado durante nuestra estancia aquí. Bueno, tampoco hay muchos más en la isla.
Os explico por encima dónde vive la gente:



El Martha's es el hotel más al sur de la isla. Es muy famoso por sus tortugas, aunque nunca las he visto :). Allí vive nuestro amigo Jaime Gallego, ganador de la porra del mundial.



Un poco más arriba está el Picnic, donde vamos a comernos unas patatas con quetchup cuando tenemos mucha hambre y todavía no han puesto la cena.
Allí viven nuestros amigos Pablo Centeno y Aarón entre otros.



El Arenas Beach, como ya sabéis es el centro de reunión de los chicos de la Isla del Maíz. Allí vamos a la playa, comemos (yo sólo como allí los días que no trabajo) y cenamos.
Como véis el camino está repleto de piedras y sale a una carretera de adoquines. Ésta tiene una bifurcación y cuando el autobús que nos lleva a casa pasa por ahí todos empezamos a gritar para que vaya a uno u otro lado. Casi siempre son mayoría los que van por la izquierda...
Por ese lado está el banco, el puerto, las tiendas... un montón de cosas que no me apetecía dibujar.



La primera casa que encontramos es el Best View, que se sitúa junto a mi primera morada, el Panorama. Para los que nos gusta el mar es el mejor lugar para bucear y desde el piso de arriba se contemplan las mejores vistas de la isla. Allí viven muchos de nuestros amigos italianos (Fabio, Ariel...) y también Amancio.



Un poco más alante está el Morgan. Para mí, el mejor hotel de los que he visto y el mejor sitio para ir a cenar un buen platazo de chop suey de verduras. Allí vive Edu, Carmen y Patricia entre otros.



Muy cerquita del Morgan está Ike's Place, hotel cuyo propietario es el tío de Ana María (que ha colaborado mucho en este blog). Allí vivía ella y además viven Pablo, Paul, Carlos y Elena. Me gusta sobre todo un saliente de tierra que entra en el mar justo enfrente del hotel. Allí Natalia y yo vimos un atardecer maravilloso.



Siguiendo la carretera encontramos una casa sin nombre cuyos inquilinos, Isra, Pance y Óscar han bautizado como la casa de al lado de "The box" que es una tasca que hay junto a la casa.
Allí tampoco se bucea nada mal, pero hay que meterse a 100 metros de la playa para empezar a ver algo.



Si seguimos subiendo pasamos el restaurante Seba's y llegamos a 4 caitas de colores junto al mar. Es un sitio con mucho encanto y con un cesped blandito. La pega es que no hay cobertura y si te pasa algo no hay nadie en muchos metros a la redonda. Allí viven Jacobo, Natasha, Chema y Eva.



La siguiente casa queda muy lejos de estas casitas. El Tropical y la casa Taylor. Allí están Emanuele, Roberto, Federico (en casa Taylor) y Paula, Bea, mi compañero Sebi y David (en el Tropical).



Por útlimo está en Sunrise donde vivimos Lucía, Iratxe, Antonio, Nieves y yo,



el Canadá (donde vive gente afortunada porque es el único con piscina) y las casas azul, verde y ...  la otra donde viven Juanlu y Pita.



Muy curiosa es la azul, donde viven Lele y Susana. Tiene un piso superior enorme y estupendo para hacer fiestas. El problema, que no hay escalera para llegar a él.

Y así concluye el recorrido por nuestra querida isla.

Ah, la línea negra es la pista donde aterrizan los aviones ^__^

Ya sabéis que esta isla no para de sorprendernos: palmeras que están y mañana no están, perros zombies, lluvias torrenciales que apenas duran 5 minutos...
Pero lo que ayer vieron los compañeros que viven en el Arenas Beach se lleva la palma.
A las 8.00 de la mañana, salían de sus casas y al mirar al mar se encuentran con esto:


El primero en verlo fue nuestro compañero Vilorio. Sus palabras fueron "¿qué es eso?" "¿qué es eso?" Entró a una oficina en la que se encontraban Anita y Guillermo para avisarles de que había un tornado como los de Miami (es que Vilorio es dominicano). Guillermo que estaba muy atareado no pudo salir hasta 10 minutos después pensando que el tornado habría desaparecido.
Pero para su sorpresa, el tornado había aumentado su tamaño y se había desplazado.
A todo esto, en el Sunrise vivíamos ajenos a tal fenómeno y nos enteramos por un comentario que Paula dejaba en su facebook.
Ella venía en su coche tan tranquilamente escuchando "Applejack, The Triangles" y lo que hizo fue subir más el volumen de la canción.
Muchas gracias a Guillermo y Paula por sus respectivos testimonios

El despacho donde trabajamos es centro de reunión para mucha gente... Muchos compañeros vienen a conectarse a Internet, a leer documentos redactados o a charlar de lo mucho que llueve en Corn Island, de las veces que no tenemos aguan ni luz en el Hotel Sunrise o de lo mal que comemos últimamente en este mismo Hotel.
Algunos como Lele nos visitan una vez al día para echar unas partidas al solitario spider.


Bueno, en esta ocasión se pasó la tarde con Edu mirando en mi ordenador resultados de fútbol de los últimos 100 años. Pero esto no es lo más extraño que ha pasado en nuestra oficina.
Por ejemplo os contaré cómo surgió la amistad entre Edu y Pablo (el chico de la camiseta blanca).
Como os digo, pasamos muchas horas encerrados en estas 4 paredes. A Pablo le afectó de tal manera que cogió la tapa de la papelera y se puso a darle golpecitos. Edu, que presenció la escena, no pudo aguantar la risa y desde entonces se hicieron inseparables.


Como Pablo es de esas estupendísimas personas capaces de reírse de si mismas, nos dejó retratarle reproduciendo el momento en que Edu le conoció, para que quedase en nuestro recuerdo el resto de los días.
Yo tampoco me quedo corto. Pablo es testigo de las muchísimas tonterías que puedo hacer a lo largo del día. Mejor que no las cuente todas porque llegados a este punto uno está de cintas hasta el gorro y puede llegar a cometer algún que otro atropello.


Aunque las cintas son muy listas y por mucho que lo intentes siempre son ellas las que pueden contigo.


Y así van transcurriendo los últimos días. Éste, en concreto fue mi último día trabajando con Pablo y como quería que pasase a la posteridad, nos hicimos toda esta cantidad de fotos chorras.
Alguna que otra quedó bastante bien:


En esta foto queda patente uno de los mejores momentos del día a día. La visita de Edu para recoger sus cintas. Hay que ver cuánto criticamos este despacho, con los buenos momentos que nos regala...