El despacho donde trabajamos es centro de reunión para mucha gente... Muchos compañeros vienen a conectarse a Internet, a leer documentos redactados o a charlar de lo mucho que llueve en Corn Island, de las veces que no tenemos aguan ni luz en el Hotel Sunrise o de lo mal que comemos últimamente en este mismo Hotel.
Algunos como Lele nos visitan una vez al día para echar unas partidas al solitario spider.
Bueno, en esta ocasión se pasó la tarde con Edu mirando en mi ordenador resultados de fútbol de los últimos 100 años. Pero esto no es lo más extraño que ha pasado en nuestra oficina.
Por ejemplo os contaré cómo surgió la amistad entre Edu y Pablo (el chico de la camiseta blanca).
Como os digo, pasamos muchas horas encerrados en estas 4 paredes. A Pablo le afectó de tal manera que cogió la tapa de la papelera y se puso a darle golpecitos. Edu, que presenció la escena, no pudo aguantar la risa y desde entonces se hicieron inseparables.
Como Pablo es de esas estupendísimas personas capaces de reírse de si mismas, nos dejó retratarle reproduciendo el momento en que Edu le conoció, para que quedase en nuestro recuerdo el resto de los días.
Yo tampoco me quedo corto. Pablo es testigo de las muchísimas tonterías que puedo hacer a lo largo del día. Mejor que no las cuente todas porque llegados a este punto uno está de cintas hasta el gorro y puede llegar a cometer algún que otro atropello.
Aunque las cintas son muy listas y por mucho que lo intentes siempre son ellas las que pueden contigo.
Y así van transcurriendo los últimos días. Éste, en concreto fue mi último día trabajando con Pablo y como quería que pasase a la posteridad, nos hicimos toda esta cantidad de fotos chorras.
Alguna que otra quedó bastante bien:
En esta foto queda patente uno de los mejores momentos del día a día. La visita de Edu para recoger sus cintas. Hay que ver cuánto criticamos este despacho, con los buenos momentos que nos regala...
Algunos como Lele nos visitan una vez al día para echar unas partidas al solitario spider.
Bueno, en esta ocasión se pasó la tarde con Edu mirando en mi ordenador resultados de fútbol de los últimos 100 años. Pero esto no es lo más extraño que ha pasado en nuestra oficina.
Por ejemplo os contaré cómo surgió la amistad entre Edu y Pablo (el chico de la camiseta blanca).
Como os digo, pasamos muchas horas encerrados en estas 4 paredes. A Pablo le afectó de tal manera que cogió la tapa de la papelera y se puso a darle golpecitos. Edu, que presenció la escena, no pudo aguantar la risa y desde entonces se hicieron inseparables.
Como Pablo es de esas estupendísimas personas capaces de reírse de si mismas, nos dejó retratarle reproduciendo el momento en que Edu le conoció, para que quedase en nuestro recuerdo el resto de los días.
Yo tampoco me quedo corto. Pablo es testigo de las muchísimas tonterías que puedo hacer a lo largo del día. Mejor que no las cuente todas porque llegados a este punto uno está de cintas hasta el gorro y puede llegar a cometer algún que otro atropello.
Aunque las cintas son muy listas y por mucho que lo intentes siempre son ellas las que pueden contigo.
Y así van transcurriendo los últimos días. Éste, en concreto fue mi último día trabajando con Pablo y como quería que pasase a la posteridad, nos hicimos toda esta cantidad de fotos chorras.
Alguna que otra quedó bastante bien:
En esta foto queda patente uno de los mejores momentos del día a día. La visita de Edu para recoger sus cintas. Hay que ver cuánto criticamos este despacho, con los buenos momentos que nos regala...
16 jul 2010, 13:45:00
INCREÍBLE :)
17 jul 2010, 8:18:00
Borja, muchisimas gracias por el post. Me he emocionado mucho al leerlo...
Me alegro de haber encontrado a personas como tu en esta isla
Un abrazo enorme
Pabl
17 jul 2010, 9:52:00
Oh, qué post más bonito :)